My Dress-up Darling: Una romcom sobre cosplay que la descosió

Muchas veces, ciertos elementos de fanservice en una obra pueden generar prejuicios de superficialidad, lo cual es comprensible, dado que estamos enterrados hasta el cuello de historias similares que apenas se diferencian por detalles como el color de pelo de los personajes (y en ocasiones, ni eso). O, en otros casos, tenemos títulos que resultan ser muy específicos o «de nicho», lo que provoca que pasen, sin escalas, por debajo del radar y queden rezagados a un círculo cerrado de espectadores que son seguidores de esa temática en particular, como por ejemplo, un anime/manga de deportes, de beach volley, y con pibas sueltas de ropa. (ya hablaremos de Harukana Receive en su momento).

Pero acá, se conjugan ambos escenarios en un mismo título, probándonos que no todo lo superficial es mediocre, ni todo lo que se considera “de nicho” es cruelmente dejado en un segundo plano para posteriormente ser olvidado.

¿De qué trata My Dress-up Darling?

My Dress-Up Darling, o Sono Bisque Doll wa Koi wo Suru, como se lo conoce originalmente, es un manga creado por Shinichi Fukuda, que nos presenta una historia en la que se entrelazan los típicos clichés de una comedia romántica, como la amistad entre un protagonista tímido y la chica popular, que son interpelados por la cultura japonesa y el colorido mundo del cosplay.

La trama nos mete en la vida de Wakana Gojo, un chico tímido y apasionado por las Hina Dolls, unas muñecas tradicionales japonesas con cabeza de porcelana, las cuales son tratadas por el pibe como objetos invaluables, siguiendo los pasos de su abuelo para convertirse en un maestro artesano de Hina Dolls. Pero, como suele pasar en la vida, todo cambia cuando conoce a Marin Kitagawa, una compañera de clase muy extrovertida que, por esas casualidades, es fanática en secreto del cosplay.

La relación entre Wakana y Marin es el eje central de la historia, y la verdad es que se nota cómo se va desarrollando a lo largo de las páginas. Al principio, Wakana es reacio a ayudarla con su afición por el cosplay, pero poco a poco va descubriendo un mundo lleno de creatividad y habilidades que puede aplicar en su oficio de creador de Hina Dolls.

La relevancia del cosplay en la obra

El cosplay no solo es el punto de encuentro entre Wakana y Marin, sino que también se convierte en el catalizador que los impulsa a crecer y a superar sus propias limitaciones, descubriendo en el camino nuevas habilidades y talentos, y aprendiendo a apreciar sus respectivas aficiones.

Como ven, el cosplay en este título no es nomás una “temática de nicho”, sino que a través de esta actividad logran establecer una conexión emocional y superar sus diferencias. Marin, con su extroversión y entusiasmo, ayuda a Wakana a salir de su caparazón y a enfrentar sus miedos, mientras que Wakana, con su habilidad para crear y su conocimiento de las Hina Dolls, le enseña a Marin el valor del trabajo duro y la dedicación en la elaboración de sus disfraces.

Por supuesto, la temática nos lleva a otro nivel de detalle en cuanto al proceso de creación de los cosplays, porque no nos quedamos con la idea base de que los protagonistas comparten un hobby o se sacan fotitos en eventos, y listo, sino que recorremos el mundo del cosplay en su totalidad, desde que a Marin le surge un deseo de representar a sus personajes favoritos de anime o videojuegos, hasta que Gojo piensa alternativas de cómo aplicar sus conocimientos de muñecas en dichos atuendos, pasando, como debe ser, por las etapas previas de preparación, incluyendo la compra de diferentes artículos que permitan una mayor fidelidad del personaje en cuestión, como la selección de lentes de contacto de colores, el uso de técnicas de maquillaje, cómo realizar diferentes costuras, etc, haciendo que muchos de estos capítulos se asemejen, sorpresivamente, a tutoriales de cosplay, pero en versión manga.

Mi Conclusión

El manga de My Dressed-up Darling, y por extensión, también el anime, son muy interesantes, no solo nos muestra la evolución de la relación entre los personajes, sino también cómo ellos se involucran e invierten cada vez más de su tiempo en sus proyectos de creación de cosplays, pasando por los procesos que ya mencionamos.

Inicialmente, el manga me llamó la atención por su diseño, y por su temática tan centrada en un aspecto de la cultura otaku que me resulta ajeno, aunque intrigante, y que, en la mayoría de historias, donde podemos ver personajes aficionados al cosplay, no destacan tanto los procesos creativos detrás de los trajes, los pasos previos, o la motivación a la hora de calzarse el disfraz, como si es relatado en este manga, sin embargo, nos encontramos con una historia sólida entre dos personajes con gustos totalmente opuestos que se complementan, cambiando la perspectiva que tenían en un comienzo.

Por estas razones Sono Bisque Doll es tan exitoso, porque gana en el terreno de la romcom tradicional, nos cuenta cómo es el micro-mundo del cosplay y la fotografía, metiendo un poco de cultura japonesa, manteniendo el fanservice sin llegar a ser muy cochino y, por supuesto, siendo muy entretenida, que al final del día, es lo que realmente importa.

Te va a gustar…

  • Principalmente, si te gustan las romcom.
  • Si sentís curiosidad por el mundo del cosplay y la cultura otaku en general, ya que se la pasan hablando de anime y videojuegos, además del ya mencionado cosplay.
  • Si sos una persona de cultura. *guiño guiño*

No te va a gustar…

  • Buscás acción desenfrenada.
  • Si no soportás ver personajes femeninos en múltiples poses sugestivas y con poca ropa.