Ranma ½: vuelve la romcom que puso de cabeza a los otakus en los ’90

Vivimos en una época cuanto menos extraña, donde muchas veces, cualquier cosa que sea políticamente incorrecto le cae la tan temida cancelada y es mandada a la hoguera sin escalas. Sin ir más lejos, en la industria del gaming, hay una empresa que financia estudios para que estos coloquen una bajada de línea en las historias de sus juegos, y si estos se niegan, les incendian las redes. Re amigable todo.

Yéndonos más al lado del anime, se podría decir que somos relativamente afortunados de que Japón no adhiera a todo ese cuento, por lo menos de forma contundente, porque nos llegarían puros títulos ‘suavizados’ e ‘inclusivos’ para quedar bien solo con una parte minúscula de la audiencia.

Este es el contexto en el cual una obra transgresora como Ranma ½ festeja su aniversario treinta, habiendo catapultado a Rumiko Takahashi hacia rincones inóspitos del globo en ese momento con su adaptación noventera, como América Latina y España, y marcando a toda una generación que creció viendo tetas, manoseos y humor absurdo a rolete sin que esto se convierta en una cuestión moral. ¿…o si?

Pero, a todo esto…

¿De qué trata Ranma ½?

Muchos se preguntarán ¿si esto es puro fanservice, entonces qué historia puede tener? Bueno, tan errada no está esa pregunta. Más que una ‘historia’ o ‘trama’ hay un contexto que ayuda al factor comedia a desarrollarse, como un gran pretexto para que las situaciones se vayan dando solas.

Nos encontramos, entonces, con que la familia Tendo, compuesta por el padre y sus tres hijas, Akane, Nabiki y Kasumi, reciben una carta de un amigo del padre, avisándoles que, tras su viaje de entrenamiento en China, los visitaría para presentarles a Ranma, quien se casaría con una de las tres hijas de Tendo.

Lo que no cuentan en la carta (imagino que se debía a que en los 80 no había internet (?)) es que en China, Ranma y su padre, Genma, visitaron unos estanques malditos con la característica de convertir a quien caiga en ellos, en lo que sea que se haya muerto ahogado dentro. Ranma y su padre, obviamente, les importa tres pepinos las advertencias y se mandan a entrenar en los estanques, siendo maldecidos al instante.

Esta es la premisa básica de Ranma ½, un pibe que al contacto con el agua fría, se convierte en chica, igual que su padre, que se convierte en un panda que se comunica con cartelitos. A partir de acá, la genia de Rumiko, se frotó las manos bien fuerte y dijo “esta es la mia”, y cocinó un gran cast de personajes que van a hacer la vida de Ranma un toque más complicada, por no decir que lo van a volver loco de punta a punta. Como su rival Ryoga que se vive perdiendo, Kuno, el capitán del club de kendo que está enamorado de Akane y de Ranma chica al mismo tiempo, Shampoo, una piba que no va a parar hasta casarse con Ranma por haberla derrotado, entre muchos otros desquiciados.

Loquero es una palabra que encaja perfecto.

Del «censuren todo» al «déjenlo, pero tapado»

Como te plantee al comienzo del post, Ranman ½ no es una obra que esté libre de controversia, al tratar temas especialmente sensibles en Occidente, como la representación de la identidad de los personajes, o el cuestionamiento más tangible de los desnudos. En Japón fue recibido de otra forma, con menos resistencia, porque entre su cultura y la nuestra hay un universo de distancia, pero en otros países la obra fue troceada, censurada y editada para suavizar estos temas y ofender a la menor cantidad de público posible.

En los 90, este tipo de censura era moneda corriente, al ser un medio tratado como ‘dibujitos’, que tras la insistencia (en la mayoría de casos) de las quejas por parte de padres que iban directamente contra las emisoras y organizaciones religiosas, eran vilmente editados con el fin de proteger nuestras incorruptibles mentes de esas cochinas escenas que mostraban personajes con poca o nada de ropa, dando como resultado cambios en la transmisión o la omisión completa de ciertos capítulos.

Aunque estos intentos serían prácticamente inútiles en países como Argentina donde, por ejemplo, se vendía el manga original sin censura, o en España, donde distribuían los VHS de los OVAs con contenido un poco más subido de tono que la serie. Contenido que no podría reproducir acá, porque es un blog familiar, viste. (?)

Como verán, la versión de MAPPA, si bien no tiene cambios y se apega al material original, se nota que está ‘cuidada’ para que mantenga las escenas picantes sin irse mucho al pasto. Digamos que recorre el sendero del centro para no jugarse demasiado a ningún extremo, lo cual es correcto desde un punto de vista comercial.

Mi Conclusión

Los tiempos cambiaron, ni idea si para mejor o para peor, pero por lo menos el eje de la discusión está puesto en cosas más importantes como la interpretación de los personajes en el doblaje, y no en si mostraron o no una goma, como hace más de 20 años.

Ranma es un clásico atemporal que va a seguir dando que hablar por distintas razones, por suerte. Pero que ahora, se roba la atención por haber sido una de esas series encapsuladas en un periodo concreto, con pocas chances de resurgir en las pantallas modernas gracias a su naturaleza de romcom extra picante y que, pese a tener todo en contra, sin previo aviso, nos sorprende con su adaptación que nadie pidió, pero que sin duda puedo afirmar que necesitábamos.

Te va a gustar…

  • Si no le hacés asco a las comedias románticas con enredos y malentendidos.
  • Si disfrutás de las escenas de las artes marciales.
  • Si querés ver una obra clásica reinventada a los tiempos modernos.

No te va a gustar…

  • Si preferís historias con un desarrollo más profundo o con un toque de seriedad.
  • Si te molesta el fanservice o situaciones que involucren personajes en pelotas.
  • Si tenés aversión al humor absurdo, y muchas veces orientado al ‘chiste fácil’.